Nivel de adiccion de la cocaina
La cocaína en el cerebro humano
UPTON, NY - Pregunte a cualquiera que haya sido adicto a las drogas y le dirá que la mera visión de alguien consumiendo su droga preferida -o incluso de personas, lugares u objetos asociados al consumo de drogas- puede desencadenar un intenso deseo de consumir la droga. Utilizando sofisticadas técnicas de imagen cerebral en el Laboratorio Nacional de Brookhaven del Departamento de Energía de EE.UU., científicos del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), del Laboratorio de Brookhaven y de la Universidad de Pensilvania han descubierto la química cerebral que subyace a este deseo "inducido" en los adictos a la cocaína. El trabajo, que aparece en el número del 14 de junio de 2006 de la revista Journal of Neuroscience, sugiere nuevas dianas para los medicamentos destinados a tratar la adicción.
"El ansia de drogas desencadenada por señales, como la vista, el olfato y otros estímulos sensoriales asociados a una droga concreta como la cocaína, es fundamental para la adicción y supone un obstáculo para el éxito de la terapia en muchas personas", afirma la directora del NIDA, Nora D. Volkow, autora principal del estudio y ex directora asociada de laboratorio para la investigación en ciencias de la vida en el laboratorio Brookhaven. "Hoy podemos ver realmente aumentos en actividades cerebrales específicas que están vinculadas a esta experiencia. Si podemos comprender los mecanismos relacionados con el ansia inducida por las señales, podremos desarrollar estrategias de tratamiento más eficaces para contrarrestarla."
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La cocaína se toma a veces con otras drogas, como tranquilizantes, anfetaminas2 , marihuana y heroína. Estas combinaciones aumentan enormemente el peligro de consumir cocaína. Además de la probabilidad de desarrollar un hábito de dos drogas, uno puede crear fácilmente una mezcla de estupefacientes que resulte fatal.
"Ya no tenía futuro. No veía cómo podía escapar de mi dependencia de la cocaína. Estaba perdido. Estaba 'explotando' y no podía evitar seguir abusando seriamente de la cocaína. Tenía alucinaciones de que había animales arrastrándose bajo mi piel. Los sentía cada vez que me inyectaba y me raspaba con la punta de la jeringuilla hasta que empezaba a sangrar para que se fueran. Una vez sangraba tanto que me tuvieron que llevar al hospital". -Susan
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Mecanismo de adicción a las drogas en el cerebro, Animación.
La gente esnifa cocaína en polvo por la nariz o se la frota en las encías. Otros disuelven el polvo y se lo inyectan en el torrente sanguíneo. Algunas personas se inyectan una combinación de cocaína y heroína, llamada Speedball.
Otro método popular de consumo es fumar cocaína que ha sido procesada para hacer un cristal de roca (también llamado "cocaína de base libre"). El cristal se calienta para producir vapores que se inhalan en los pulmones. Esta forma de cocaína se llama Crack, que hace referencia al sonido crepitante de la roca al calentarse. Algunas personas también fuman Crack espolvoreándolo sobre marihuana o tabaco, y lo fuman como un cigarrillo.
Normalmente, la dopamina se recicla y vuelve a la célula que la liberó, cortando la señal entre las células nerviosas. Sin embargo, la cocaína impide que la dopamina se recicle, haciendo que se acumulen grandes cantidades en el espacio entre dos células nerviosas, deteniendo su comunicación normal. Esta inundación de dopamina en el circuito de recompensa del cerebro refuerza fuertemente los comportamientos de consumo de drogas. Con el consumo continuado de drogas, el circuito de recompensa puede adaptarse, volviéndose menos sensible a la droga. Como resultado, la gente toma dosis más fuertes y más frecuentes en un intento de sentir el mismo subidón y de aliviarse del síndrome de abstinencia.
Adicción, cerebro y tratamiento basado en la evidencia
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