Organizacion mundial de la salud adicciones

Who departamento de salud mental y abuso de sustancias
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) es una herramienta de diagnóstico vital publicada por la Asociación Americana de Psiquiatría. Este texto se considera el estándar de oro en salud mental e influye en cómo se investigan, diagnostican y tratan los trastornos -incluida la adicción-. El DSM-5 es la quinta edición, que se actualizó en 2013 con aportaciones de los principales expertos en el campo de la salud mental.
Esta última versión mejora el enfoque del DSM sobre los trastornos por consumo de sustancias. La adicción ya no se divide en dos trastornos vagos y mal definidos: la dependencia y el abuso de sustancias. En su lugar, el DSM-5 se centra menos en la abstinencia y más en 11 criterios, o síntomas, que caracterizan la gravedad de la adicción de un individuo. Exploremos cómo estas características pueden ayudar mejor a los profesionales sanitarios a reconocer y abordar la adicción.
Según el DSM-5, un trastorno por uso de sustancias (TUS) implica patrones de síntomas causados por el consumo de una sustancia que un individuo sigue tomando a pesar de sus efectos negativos. Basándose en décadas de investigación, el DSM-5 señala 11 criterios que pueden derivarse del abuso de sustancias. Estos criterios se engloban en cuatro categorías básicas: deterioro del control, dependencia física, problemas sociales y consumo de riesgo:
¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud sobre la adicción?
Los trastornos debidos a conductas adictivas son síndromes reconocibles y clínicamente significativos asociados a malestar o interferencia con las funciones personales que se desarrollan como resultado de conductas repetitivas y gratificantes distintas del consumo de sustancias que producen dependencia.
¿Criterios de la OMS para la adicción?
Los 11 criterios de adicción del DSM-5
Estos criterios se dividen en cuatro categorías básicas: deterioro del control, dependencia física, problemas sociales y consumo de riesgo: Consumir más cantidad de sustancia de la prevista o consumirla durante más tiempo del previsto. Intentar reducir o dejar de consumir la sustancia, pero no conseguirlo.
¿Qué son las drogas según la Organización Mundial de la Salud?
Las drogas psicoactivas son sustancias que, ingeridas o administradas, afectan a los procesos mentales, como la percepción, la conciencia, la cognición o el estado de ánimo y las emociones. Las drogas psicoactivas pertenecen a una categoría más amplia de sustancias psicoactivas que incluye también el alcohol y la nicotina.
Adicción conductual
Nuestro trabajo de seguimiento de las tendencias del alcohol ha sido uno de los pilares de las estimaciones mundiales de la carga de morbilidad atribuible al alcohol. Se utiliza en el seguimiento de los progresos realizados en la aplicación de la Estrategia mundial para reducir el uso nocivo del alcohol, adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud en 2010, así como en los esfuerzos del Banco Mundial, la Unión Europea y diversos países para tratar de reducir los daños atribuidos al consumo de alcohol. Este trabajo ayuda a establecer prioridades para la política sanitaria y la prevención en países de todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo que disponen de menos recursos para este tipo de seguimiento.
1) Sistema Mundial de Información sobre Alcohol y Salud. Se trata de una base de datos en línea que facilita el acceso a una amplia gama de indicadores sanitarios relacionados con el alcohol en 130 países. Recogemos y analizamos activamente datos de todo el mundo para elaborar informes como el Global Status Report on Alcohol and Health y el Global Status Report on Non-Communicable Diseases. Dr. Kevin Shield (codirector del proyecto), Dr. Jurgen Rehm (director del proyecto), Dra. Charlotte Probst, Dr. Michael Roerecke, Ashley Wettlaufer.
Organización Mundial de la Salud
La adicción, denominada clínicamente trastorno por consumo de sustancias, es una enfermedad compleja del cerebro y el cuerpo que implica el consumo compulsivo de una o más sustancias a pesar de las graves consecuencias sanitarias y sociales. La adicción altera las regiones del cerebro responsables de la recompensa, la motivación, el aprendizaje, el juicio y la memoria.
Al igual que la diabetes, el cáncer y las cardiopatías, la adicción está causada por una combinación de factores conductuales, psicológicos, ambientales y biológicos. Los factores de riesgo genéticos representan aproximadamente la mitad de la probabilidad de que una persona desarrolle una adicción.
Las consecuencias de una adicción no tratada suelen incluir otros trastornos físicos y mentales que requieren atención médica. Si no se trata a lo largo del tiempo, la adicción se vuelve más grave, incapacitante y potencialmente mortal.
Las personas sienten placer cuando satisfacen necesidades básicas como el hambre, la sed y el sexo. En la mayoría de los casos, estas sensaciones de placer están provocadas por la liberación de determinadas sustancias químicas en el cerebro, que refuerzan estas funciones vitales incentivando al individuo a repetir los comportamientos que producen esas sensaciones gratificantes (comer, beber y procrear). La mayoría de las sustancias adictivas hacen que el cerebro libere altos niveles de estas mismas sustancias químicas que se asocian con el placer natural o la recompensa.
Adicciones en el mundo
Los daños asociados al consumo de sustancias psicoactivas, a corto o largo plazo, dependen de la interacción de un conjunto de factores como el tipo de sustancia y la forma de consumo, las características personales, físicas y psicológicas de los consumidores, pero también del contexto social en el que se produce el consumo.
Existen numerosas intervenciones basadas en la evidencia científica que son eficaces para reducir el abuso de sustancias y su impacto en la salud, ya sea previniendo el consumo, abordando precozmente a la población de riesgo, tratando la dependencia o las consecuencias adversas del consumo y promoviendo la recuperación a medio y largo plazo. El tratamiento debe ser accesible, especialmente para los más vulnerables, adecuado a las necesidades y perfil de la población consumidora, mantenido a largo plazo, centrado en la recuperación y protegido de los grupos de derechos humanos.
A escala mundial, el cannabis -más conocido como marihuana- es la droga ilícita más consumida. Clasificado como alucinógeno, el cannabis está asociado a una serie de riesgos para la salud. Aunque la sobredosis y la toxicidad son posibles, el cannabis conlleva un riesgo muy bajo de causar la muerte. En combinación con otras drogas, sin embargo, la probabilidad puede aumentar.