Causas de la adiccion al alcohol
Adicción al alcohol y las drogas, tratamiento y recuperación
El alcohol interfiere en las vías de comunicación del cerebro y puede afectar a su aspecto y funcionamiento. Estas alteraciones pueden cambiar el estado de ánimo y el comportamiento, y dificultar pensar con claridad y moverse con coordinación.
El alcohol hace que el páncreas produzca sustancias tóxicas que pueden acabar provocando pancreatitis, una peligrosa inflamación e hinchazón de los vasos sanguíneos del páncreas que impide una digestión adecuada.
Según el Instituto Nacional del Cáncer "Existe un fuerte consenso científico en que el consumo de alcohol puede causar varios tipos de cáncer. En su Informe sobre Carcinógenos, el Programa Nacional de Toxicología del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. incluye el consumo de bebidas alcohólicas entre los carcinógenos humanos conocidos.
"Las pruebas indican que cuanto más alcohol bebe una persona -especialmente cuanto más alcohol bebe regularmente a lo largo del tiempo- mayor es su riesgo de desarrollar un cáncer asociado al alcohol. Incluso las personas que no beben más de una copa al día y las que se dan atracones de alcohol (las que consumen 4 o más copas en el caso de las mujeres y 5 o más copas en el caso de los hombres de una sola vez) tienen un riesgo ligeramente mayor de padecer algunos tipos de cáncer. Según datos de 2009, se calcula que el 3,5% de las muertes por cáncer en Estados Unidos (unas 19.500 muertes) estaban relacionadas con el alcohol."
¿Cuáles son las causas de que una persona sea alcohólica?
Las investigaciones han demostrado que los dos genes ADH1B y ALDH2, que controlan el metabolismo del alcohol, son factores clave en el desarrollo del alcoholismo, junto con varios otros. Algunas personas que no presentan factores genéticos de riesgo pueden desarrollar alcoholismo si se crían en un entorno que fomenta o normaliza conductas inadaptadas de consumo de alcohol.
¿Cuál es la principal causa de adicción al alcohol?
Factores sociales
La familia desempeña el papel más importante en la probabilidad de que una persona desarrolle alcoholismo. Los niños que están expuestos al abuso del alcohol desde una edad temprana corren más riesgo de caer en un patrón de consumo peligroso. Empezar la universidad o un nuevo trabajo también puede hacerte más susceptible al alcoholismo.
NIAAA: Lo que hay que saber sobre el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol
Los signos de la adicción al alcohol pueden ser muy sutiles, al menos al principio. Puede que te des cuenta de que bebes con más regularidad y recurres al alcohol para aliviar el estrés o "relajarte" después de un ajetreado día de trabajo.
Con el tiempo, el consumo de alcohol puede aumentar. Es posible que dé prioridad a la bebida sobre su familia, amigos, responsabilidades y otras actividades que solía disfrutar. También puede empezar a repercutir negativamente en la calidad del sueño, el rendimiento y la concentración en el trabajo, así como en el estado de ánimo. También es posible que haya desarrollado tolerancia al alcohol, lo que significa que necesita beber más para sentirse "borracho".
Para saber con mayor claridad si está mostrando signos de alcoholismo, puede utilizar una herramienta de detección como el test CAGE. Si responde "sí" a dos o más de las cuatro preguntas siguientes, esto podría indicar que tiene un problema:
En última instancia, cuando su consumo de alcohol está teniendo un impacto perjudicial en su capacidad para funcionar en su vida cotidiana, y ha experimentado consecuencias negativas como resultado de su consumo de alcohol, esto podría indicar que ha desarrollado un trastorno por consumo de alcohol y necesita tratamiento para la adicción al alcohol.
Señales de alarma y síntomas del alcoholismo
El riesgo de que una persona desarrolle una EDA depende, en parte, de la cantidad, la frecuencia y la rapidez con que consuma alcohol. El consumo abusivo de alcohol, que incluye las borracheras* y el consumo excesivo de alcohol,** a lo largo del tiempo aumenta el riesgo de TCA. Hay otros factores que también aumentan el riesgo de TCA, como:
Los profesionales sanitarios utilizan los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5), para evaluar si una persona padece TCA y para determinar la gravedad si el trastorno está presente. La gravedad se basa en el número de criterios que cumple una persona en función de sus síntomas: leve (2-3 criterios), moderado (4-5 criterios) o grave (6 o más criterios).
Existen varios enfoques de tratamiento basados en la evidencia para el TCA. No hay una única solución para todos los casos, y un tratamiento que puede funcionar para una persona puede no funcionar para otra. El tratamiento puede ser ambulatorio y/o en régimen de internamiento y estar a cargo de programas especializados, terapeutas y médicos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) ha aprobado tres medicamentos para ayudar a las personas a dejar de beber o reducir su consumo y prevenir las recaídas: naltrexona (oral e inyectable de acción prolongada), acamprosato y disulfiram. Todos estos medicamentos no son adictivos y pueden utilizarse solos o combinados con tratamientos conductuales o grupos de apoyo mutuo.
Trastorno por consumo de alcohol: Mayo Clinic Radio
"Alcohólico" redirige aquí. Para bebidas alcohólicas, véase Bebida alcohólica. Para el consumo de alcohol por personas en general, véase Alcohol (droga). Para el compuesto químico en general, véase Alcohol (química).
El alcoholismo es, en términos generales, cualquier consumo de alcohol que provoque problemas significativos de salud mental o física[14]. Debido a que existe desacuerdo sobre la definición de la palabra alcoholismo, no es una entidad diagnóstica reconocida. Las clasificaciones diagnósticas predominantes son el trastorno por consumo de alcohol[2] (DSM-5)[4] o la dependencia del alcohol (CIE-11); éstas se definen en sus respectivas fuentes[15].
El consumo excesivo de alcohol puede dañar todos los sistemas orgánicos, pero afecta especialmente al cerebro, el corazón, el hígado, el páncreas y el sistema inmunitario[4][5] El alcoholismo puede provocar enfermedades mentales, delirium tremens, síndrome de Wernicke-Korsakoff, latidos irregulares del corazón, una respuesta inmunitaria alterada, cirrosis hepática y un mayor riesgo de cáncer[4][5][16] Beber durante el embarazo puede provocar trastornos del espectro alcohólico fetal[3]. [3] Por lo general, las mujeres son más sensibles que los hombres a los efectos nocivos del alcohol, debido principalmente a su menor peso corporal, menor capacidad para metabolizar el alcohol y mayor proporción de grasa corporal. 11] En un pequeño número de individuos, el abuso prolongado y grave del alcohol acaba provocando deterioro cognitivo y demencia franca.