Mirar perversa adicción

Sortir de la manipulation perverse | Natacha Calestrémé
A punto de cambiar para siempre lo que significa ser humano, hemos entrado en la Era de la Perversión, una época en la que cada vez nos parecemos más a nuestras máquinas y ellas a nosotros. La era de la perversión: Deseo y tecnología en el psicoanálisis y la cultura explora los enormes cambios que se están produciendo en la vida sexual y social, posibilitados por la actual revolución tecnológica. La adicción a Internet, la cohabitación humana con muñecas del amor de tamaño natural mejoradas tecnológicamente, el hackeo corporal DIY, la vigilancia gubernamental generalizada, la corrupción corporativa desenfrenada, la militarización de la policía, el sadomasoquismo generalizado y los reality shows extremos son manifestaciones de una sociedad perversa.
Este volumen presenta varios casos clínicos extraídos de la consulta privada del Dr. Knafo, entre los que se incluyen un hombre que vivía y amaba a una muñeca sexual, una mujer que quería ser una muñeca Barbie, un hombre que utilizaba Internet para seducir a menores, un adicto al sexo por Internet y un hombre que hacía "catfishing" para atraer a sus parejas sexuales. También se examinan casos de perversión social generalizada en grandes empresas, el sector de la salud mental e incluso el gobierno. La novela 1984 de George Orwell se presenta como un modelo casi perfecto del Estado perverso maligno.
Cómo perdimos nuestra soberanía y cómo recuperarla
Hay innumerables teorías que se esfuerzan por explicar por qué la gente empieza a consumir sustancias y sigue abusando de ellas a pesar de las consecuencias "mensurables" para uno mismo y para los demás. En un sentido muy real, las drogas no provocan adicción, sino que el individuo abusa o se vuelve adicto a las drogas por lo que cree ganar con ello. Este artículo abordará la cuestión de si las adicciones son un trastorno cerebral, como sugiere el modelo de la enfermedad, o una enfermedad del Espíritu Humano, como propone el modelo espiritual de la adicción.
El consumo de sustancias psicoactivas se ha producido desde la antigüedad y es objeto de una historia social bastante bien documentada [1,2]. Los arqueólogos creen ahora que cuando los humanos modernos salieron de África, alrededor de 100.000 años antes de la era común (AEC), ya sabían qué frutas y tubérculos fermentarían en determinadas épocas del año para proporcionar uno o dos cócteles naturales [2]. Hay indicios de que el cannabis se utilizaba ya en el año 4000 a.C. en Asia Central y el noroeste de China, con pruebas escritas que se remontan al año 2700 a.C. en la farmacopea del emperador Chen Nong. Después se extendió gradualmente por todo el mundo, a la India (hacia 1500 a.C., también mencionado en el Altharva Veda, uno de los cuatro libros sagrados hacia 1400 a.C.), Oriente Próximo y Oriente Medio (hacia 900 a.C.), Europa (hacia 800 a.C.), varias partes del sudeste asiático (siglo II d.C.), África (a partir del siglo XI d.C.) hasta las Américas (siglo XIX) y el resto del mundo [3].
Un servicio de simulador de lo que se quiere ver en Internet
Una exploración de los temas psicosexuales en una selección de películas clásicas de Hollywood y sus sucesoras contemporáneas a cargo de Thomas Wolman. Incluye La cosa de otro mundo, La invasión de los ladrones de cuerpos, Alien, El halcón maltés, Wall Street, El fin de semana perdido, Días de vino y rosas, Leaving Las Vegas, Secretary, Little Children y Peeping Tom.
The Erotic Screen parte del principio de que las películas de Hollywood estuvieron impregnadas de erotismo desde el principio, pero la censura obligó a los cineastas a idear subtextos sexuales ocultos para preservar el erotismo subliminal de una película. De este modo, las películas de Hollywood siembran nuestra psique colectiva de subtextos inconscientes. Las películas de ciencia ficción son especialmente eficaces, ya que utilizan el horror para inducir la excitación sexual, como se estudia en "Parte I: La naturaleza del deseo en un trío de thrillers de ciencia ficción". Otro recurso era mostrar el consumo desenfrenado de alcohol y tabaco y el gasto gratuito. Hoy en día, esto es un cliché del cine convencional, pero algunos cineastas sacan a la luz sus oscuros entresijos. Las cinco películas analizadas en "Parte II: Retratos de la adicción en el melodrama de Hollywood" explicitan las conexiones entre codicia, adicciones y sexualidad. Por último, en la "Parte III: El deseo perverso en el cine mainstream", se investiga la posición matizada ante las obsesiones psicosexuales que se ven en las películas, planteando la provocadora cuestión de si la práctica del sadomasoquismo puede funcionar como "cura" para el sufrimiento psíquico, dando la voz de alarma sobre la sexualidad desbocada en una comunidad suburbana y ofreciendo una crítica devastadora de la "atracción fatal" que el voyeurismo ejerce sobre los espectadores.
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La parafobia consiste en el miedo a la perversión sexual. Es una fobia complicada en la que pueden influir diversos factores, como la educación y las influencias culturales. Algunas personas temen tener algún tipo de perversión, mientras que otras se preocupan por las perversiones percibidas de los demás. Esto se complica aún más por el hecho de que lo que se considera una perversión puede variar de una persona o cultura a otra.
Es importante señalar que la parafobia no está reconocida como un trastorno distinto en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5), la herramienta que los médicos y profesionales de la salud mental utilizan para diagnosticar los trastornos mentales. En su lugar, puede diagnosticarse como una fobia específica, que implica un miedo excesivo y angustioso a algo como un objeto o una situación.