Red bull adiccion

Estrategias para superar la adicción a las bebidas energéticas
Aunque pueden aportar beneficios, las bebidas energéticas conllevan una serie de problemas de salud relacionados con las cantidades excesivas de cafeína y azúcar, así como con su contenido en edulcorantes artificiales. Una de estas preocupaciones clave es la adicción y la dependencia.
No existe una definición oficial de adicción a las bebidas energéticas. Sin embargo, a efectos de este artículo, se definirá como el consumo de cantidades excesivas de bebidas energéticas sin poder controlar su ingesta.
Las bebidas energéticas con azúcar contienen unas 110 calorías -todas ellas procedentes del azúcar- por ración de 250 ml. Pero las latas más grandes, como las de 20 onzas (590 ml), pueden añadir fácilmente 275 calorías extra o más al día, dependiendo de cuántas latas bebas.
Aunque las bebidas energéticas sin azúcar pueden parecer más atractivas por su bajo contenido en azúcar y calorías, contienen la misma cantidad de cafeína. Los edulcorantes artificiales también se han relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y síndrome metabólico).
Sin embargo, el inconveniente es que cuanto más a menudo consumas bebidas energéticas, menos placer experimentarás por la respuesta de la dopamina. Esto puede llevarle a consumir cantidades cada vez mayores para seguir experimentando la respuesta dopaminérgica, lo que conduce a la dependencia.
Un adicto al Redbull pasa un día sin cafeína
Desde la década de 1990 se ha producido una explosión en el mercado mundial de las bebidas energéticas: bebidas que contienen diversos estimulantes -generalmente cafeína- y, con frecuencia, altas cantidades de azúcar, comercializadas como si proporcionaran a los consumidores niveles adicionales de estimulación mental y física. Se calcula que el mercado mundial de bebidas energéticas superará los 70.000 millones de dólares en 2024, y las bebidas energéticas son ahora un pilar de las neveras y estanterías de las tiendas de todo el Reino Unido. Sin embargo, esta proliferación de bebidas energéticas ha tenido un lado más oscuro, en forma del desarrollo de innumerables casos de adicción a las bebidas energéticas, que a menudo resultan en problemas de salud física y mental muy graves.
Gracias a la mencionada proliferación de las bebidas energéticas en todo el mundo durante las últimas tres décadas, hoy en día existen innumerables marcas de bebidas energéticas que se venden en todo el mundo. Algunas de las más destacadas son:
La cafeína se define como un estimulante del sistema nervioso central de la clase de las metilxantinas, con la fórmula C8H10N4O2. La cafeína actúa de varias maneras, entre las que destaca el bloqueo de la acción del neuromodulador adenosina, impidiendo así la aparición de la somnolencia. Es la droga psicoactiva que más se consume en el mundo; sin embargo, como ya se ha señalado, se sabe que es adictiva.
Adicción a Red Bull
El rápido crecimiento de la industria de las bebidas energéticas en la última década exige un análisis más detallado de los riesgos inherentes para la salud y el potencial de adicción de las mezclas de bebidas energéticas y alcohol. Cada vez más adultos jóvenes consumen bebidas energéticas mezcladas con alcohol. Aparte de los efectos secundarios habituales del alcohol y la cafeína cuando se consumen por separado, la mezcla de ambas sustancias reduce el nivel subjetivo de intoxicación por alcohol, lo que a la larga lleva a beber más alcohol del previsto. En particular, los adolescentes son más vulnerables a estos efectos cuando se exponen a la combinación de cafeína y alcohol. En nuestra opinión, las mezclas de bebidas energéticas y alcohol son altamente adictivas y deberían regularse más estrictamente. Estudios recientes demuestran que el alcohol mezclado con cafeína tiene un efecto adverso de desensibilización a largo plazo sobre las vías intrínsecas de recompensa en el cerebro de ratones adolescentes, lo que sugiere que la exposición a este tipo de bebidas en la adolescencia puede proporcionar menos placer y aumentar la probabilidad de futuros trastornos por abuso de sustancias. La dependencia del alcohol también era más probable en los consumidores de alcohol mezclado con bebidas energéticas. La educación de la sociedad sobre los riesgos de las bebidas alcohólicas mezcladas con cafeína y la colaboración con estas empresas de bebidas deben ser la prioridad colectiva de los especialistas en salud pública, los profesionales sanitarios y las autoridades reguladoras de la sanidad. Los esfuerzos deben dirigirse a los adolescentes, que son los principales consumidores de estas bebidas y víctimas de los riesgos inherentes para la salud.
Por qué las bebidas energéticas pueden ser mortales y las autoridades sanitarias no lo dicen
Desde la introducción de Red Bull a finales de los 90, el mercado de las bebidas energéticas ha experimentado un crecimiento radical. En la actualidad, hay cientos de nuevas marcas que venden bebidas energéticas con un contenido de cafeína que oscila entre los 50 mg y los alarmantes 500 mg por lata/botella. Algunos países, como Estados Unidos, han relajado las leyes para la regulación de las bebidas energéticas, lo que se traduce en una comercialización agresiva dirigida especialmente a los varones jóvenes y a las personas que trabajan en turnos de noche.
En 2014, el NHS emitió una advertencia en la que afirmaba que el peligro de consumir bebidas energéticas reside principalmente en su contenido en cafeína. Entre los riesgos potenciales figuran la diabetes de tipo 2, la sobredosis de cafeína, el aborto espontáneo tardío, los efectos cardiovasculares y neurológicos en adolescentes, la dependencia de sustancias y el comportamiento de búsqueda de sensaciones.
Las bebidas energéticas son bebidas sin alcohol que contienen vitaminas, cafeína y taurina (estos son sus principales ingredientes). Aportan beneficios como aumentar el estado de alerta y potenciar la energía. Ésta se obtiene de los azúcares (glucosa y sacarosa) y la energía estimulante de otros ingredientes. Tienen una alta concentración de cafeína y un compuesto psicoactivo que puede provocar tolerancia y dependencia en las personas.